Clave para mejorar tu redacción: corrección de concordancia

La concordancia es uno de los aspectos fundamentales para lograr una buena calidad en la escritura. Cuando las palabras en una oración están en armonía, el mensaje se transmite de manera clara y efectiva, evitando malentendidos o confusiones. Muchas veces, los errores de concordancia pueden pasar desapercibidos, pero afectan directamente la precisión del texto y la percepción del lector.
Dominar las reglas de concordancia requiere práctica y atención al detalle. Es importante conocer cuándo y cómo ajustar los sustantivos, adjetivos, verbos y otros componentes gramaticales para que coincidan en género y número. Mejorar en este aspecto optimiza la comunicación y enriquece tanto textos académicos como profesionales o personales.
La concordancia entre el sustantivo y el adjetivo
El primer aspecto a cuidar en la corrección de concordancia es la relación entre sustantivo y adjetivo. Ambos deben ajustarse en género y en número para mantener la coherencia en la oración.
Por ejemplo, si hablamos de "los libros interesantes", la forma "interesantes" debe ser plural para concordar con "libros", que es plural. Ignorar esta regla puede generar errores que distraigan la atención del lector y reduzcan la credibilidad del escrito.
Es fundamental revisar cada descripción para asegurarse de que los adjetivos coincidan correctamente con el sustantivo en todos los contextos. A veces, puede ser sencillo, pero en frases más complejas, puede requerir un análisis más profundo y cuidado.
La concordancia entre sujeto y verbo
Uno de los errores más comunes en la redacción es la discordancia entre el sujeto y el verbo. La correcta conjugación es esencial para expresar ideas de manera clara y precisa.
Este aspecto está directamente relacionado con el número del sujeto. Cuando el sujeto es singular, el verbo debe ir en forma singular, y lo mismo con el plural. Por ejemplo, "la niña lee" en lugar de "la niña leen". Este error puede alterar la estructura del mensaje y hacer que la oración pierda sentido.
Para evitar estos errores, es recomendable identificar claramente el sujeto y asegurarse de que el verbo se ajuste en número y persona. La práctica constante ayuda a fortalecer esta percepción y a escribir con mayor confianza.
La concordancia en los tiempos verbales
No solo basta con que el sujeto y el verbo coincidan en número; también hay que tener en cuenta la coherencia temporal de las acciones. Los tiempos verbales deben ajustarse para mantener la lógica en la narración o argumento.
Por ejemplo, si una acción ocurrió en el pasado, el verbo debe estar en pasado, y si es una acción habitual, en presente. La desviación de estos tiempos puede generar confusión y dificultar la comprensión del lector. La coherencia en los tiempos verbales es esencial para la fluidez del texto.
Además, en textos complejos, la correcta selección del modo y tiempo verbal ayuda a expresar precisión y matices en las ideas, facilitando una comunicación más efectiva y persuasiva.
La concordancia en las expresiones de cantidad y cantidad

Las expresiones que indican cantidad, como "muchos", "pocos", "bastantes", entre otras, también requieren concordancia con el sustantivo al que se refieren. Es importante ajustar estos términos en género y número para mantener la armonía en la frase.
Por ejemplo, "muchas personas" es correcto, pero "muchas personas" en un contexto donde el sustantivo es masculino plural puede variar según las reglas del idioma, aunque en algunos casos, la frase puede mantenerse neutra. La precisión en este aspecto evita ambigüedades y garantiza que el mensaje sea entendido en la forma correcta.
Revisar estas expresiones en cada oración ayuda a mejorar la coherencia y la calidad del texto. Además, este detalle puede marcar la diferencia entre un escrito formal y uno que parezca poco cuidado o impreciso.
La concordancia en los pronombres
Los pronombres deben concordar en género y número con el sustantivo que sustituyen. Mantener esta coherencia en la escritura es clave para evitar ambigüedades y facilitar la comprensión del lector.
Por ejemplo, en un grupo de personas, si se menciona "los estudiantes y ellas", el pronombre "ellas" es femenino y singular, por lo que no coincide con "estudiantes" si estos son de género mixto o masculino. En tales casos, es recomendable usar "ellos" o reformular la frase para mantener la consulta en género y número.
Es fundamental revisar cada uso de pronombre para garantizar que la referencia sea clara y que el lector entienda exactamente a quién o a qué se refiere el texto. La correcta elección ayuda también a reforzar la coherencia del mensaje.
Conclusión
La corrección de concordancia en la escritura no solo mejora la claridad del texto, sino que también proyecta una imagen de profesionalismo y cuidado en la elaboración de contenidos. Dominar estas reglas auxilia en la transmisión efectiva de ideas, permitiendo que el mensaje llegue de forma precisa y sin interpretaciones erróneas.
Por ello, dedicar tiempo a revisar la concordancia en cada oración es una inversión que ofrece grandes beneficios en la calidad de cualquier escrito. La práctica constante y la atención a los detalles son clave para convertirte en un redactor más competente y confiado.
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